Actividades para mayores
en construcción.
Todos deseamos llegar a viejos, y todos negamos que hayamos llegado.
El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones.
Jamás un hombre es demasiado viejo para recomenzar su vida y no hemos de buscar que lo que fue le impida ser lo que es o lo que será.
Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza.
En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.
La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con la que jugábamos cuando eramos niños.
Una bella ancianidad es, ordinariamente la recompensa de una bella vida.
El viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo que hace es mejor.
Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida.
Se es viejo cuando se tiene más alegría por el pasado que por el futuro.
Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes.
Envejecer no es nada; lo terrible es seguir sintiéndose joven.
El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza.
Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara.
Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.
Muchas personas no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo de la vida.
No puede haber cosa más alegre y feliz que la vejez pertrechada con los estudios y experiencias de la juventud.
Los árboles más viejos dan los frutos más dulces.
Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.
Si quieres vivir largamente, vive viejo.
Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto.
Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no pudiese morir.
Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo.
El elixir de la eterna juventud está escondido en el único lugar en donde a nadie se le ocurre buscar, en nuestro interior.
Las expectativas adversas que existen hoy sobre la vejez, casi siempre están basadas en la ignorancia o en premisas falsas.
Hoy, sólo con una dosis moderada de prevención, la expectativa de una vida completa y saludable no es el privilegio de unos pocos sino la suerte de la mayoría. Por eso las muertes prematuras resultan especialmente chocantes, indefendibles y crueles.